martes, 26 de junio de 2012

Teorías del comportamiento desviado

DERECHO PROCESAL MEXICANO

Teorías del comportamiento desviado


Este documento plantea las diferentes teorías que han existido a lo largo de la historia hasta la actualidad en cuanto a las razones por las cuales se presenta un comportamiento desviado o criminal en el ser humano.



Existen diversas definiciones del comportamiento desviado; los sociólogos Sutherland y Cressey dan una definición jurídica señalando que el comportamiento desviado existe cuando son violadas las leyes penales; sin embargo, otros autores consideran que el comportamiento desviado depende de las reacciones de las personas. La definición más abarcadora del comportamiento desviado es la del autor Cohen que lo define como la violación del sentimiento colectivo, es decir, es un comportamiento que es contrario a las expectativas de la mayoría de los miembros de una sociedad.



Para la escuela clásica, determinadas condiciones sociales conducen al comportamiento desviado, por lo tanto, cualquier individuo puede tener un comportamiento desviado, por ello no el actor sino el hecho debe ser objeto de reflexiones teóricas. La escuela clásica rechaza la investigación de las causas individuales, ya que considera que las situaciones que se presentan en la sociedad son consideradas como desencadenantes del comportamiento desviado.



Para la criminología biológico-positiva, desarrollada por el médico italiano Cesare Lombroso, el interés se orienta hacia el actor y su comportamiento. Criminales y no criminales se diferencian fundamentalmente ya que para Lombroso el criminal nace, no se hace, ya que para él un criminal cuenta con ciertas características corporales específicas que lo delatan. Más adelante se comprobó que esta teoría no fue comprobada plenamente, además de que apoyaba ideologías reaccionarias y racistas. Por su parte otros investigadores concluyeron que el comportamiento desviado era hereditario biológicamente y que los criminales estaban degenerados genética y morfológicamente por lo que se dedujo que el crimen sólo podría ser combatido mediante el control de la reproducción. Existieron otras teorías que derivaron de la teoría biológico-positiva, en una de ellas se considera a la criminalidad como un rasgo del carácter. También surgió la teoría del aprendizaje que explica que la conducta desviada se aprende.



Con el paso del tiempo se abandonó la tendencia de los factores biológico-antropológicos y se sustituyeron por tendencias psicológicas y sociológicas las cuales fueron consideradas más modernas.



Después surgieron los enfoques multifactoriales considerados como biológicos y sociopsicológicos, dentro de estos enfoques los autores que los encabezan proponen variables como los rasgos básicos y las propiedades características de los mismos criminales, la vida familiar, la escuela y la organización del tiempo libre. Otros autores dentro de esta misma corriente consideraron como variables que pueden determinar el comportamiento desviado a los males hereditarios, anormalidad mental, constitución física anormal, conflictos espirituales, malas condiciones familiares, malos amigos, intereses insatisfechos, malas condiciones en el desarrollo infantil, etc.



Si bien los enfoques multifactoriales todavía contenían elementos individuales, extienden éstos al ámbito social, ya no es sólo la genética sino el medio social el que determina el desarrollo individual. El problema de estos enfoques es que no contaban con comprobación empírica, de hecho se señala que un enfoque multifactorial no es una teoría; es la renuncia a la búsqueda de una teoría.



En Estados Unidos surgió una nueva teoría, la teoría de la subcultura, la cual considera que las causas del comportamiento delictivo son las condiciones socioculturales y culturales, esto es, las capas o estratos sociales más bajos, en su intento de superación, pueden cometer delitos al enfrentarse al rechazo de las capas sociales más altas. Es un problema de adecuación.



También en Estados Unidos surge la teoría de Sutherland, teoría de los contactos diferenciales o de la asociación diferencial que es considerada como una teoría sociopsicológica, la cual señala que el comportamiento desviado es aprendido con la interacción con otras personas en una relación de comunicación. El comportamiento criminal es aprendido principalmente en grupos personales íntimos, con lo cual el aprendizaje se refiere tanto a modos de comportamiento como a la orientación específica de motivos, impulsos, racionalizaciones y actitudes. Para Sutherland la criminología es aquella ciencia que se ocupa del crimen como fenómeno social.



También surge la teoría de la anomia (la anomia es la falta de normas o incapacidad de la estructura social de proveer a ciertos individuos lo necesario para lograr las metas de la sociedad), la cual es marcadamente sociológica y que junto con la teoría de la subcultura y la de la asociación diferencial intenta explicar el comportamiento desviado desde un punto de vista sociológico. En este documento no se explica la teoría de la anomia; sin embargo, estas tres teorías son consideradas como teorías básicas del comportamiento desviado.



Los enfoques sociológicos se apartan en principio de los factores individuales; sin embargo, las teorías predominantemente sociológicas incluyen en menor o mayor grado factores individuales.



En mi opinión considero que todas estas teorías no son del todo verdaderas o falsas, creo que la mente humana sigue siendo un misterio y estas teorías pueden aplicar en algunos casos y en otros no dependiendo de cada individuo y de todo lo que lo rodea. Considero que todos estas teorías son válidas hasta cierto punto, de hecho en el mismo documento se señala que cuando se intentó comprobar la veracidad de algunas de estas teorías los resultado no fueron del todo negativos ya que aún en la actualidad se siguen considerando algunos aspectos de todas las teorías que han existido. Creo que lo más importante de todo es el estudio que se ha realizado tratando de encontrar las razones del comportamiento desviado y considero que todos esos estudios han ayudado a la evolución de la criminología aunque no dudo que sigan surgiendo nuevas teorías cuya finalidad debiera ser el bienestar de la sociedad sin dejar de considerar los derechos individuales.

martes, 19 de junio de 2012

Escuela clásica de Derecho Penal y la criminología positivista

DERECHO PROCESAL MEXICANO

LA ESCUELA LIBERAL CLÁSICA DE DERECHO PENAL Y LA CRIMINOLOGÍA POSITIVISTA

En la primera parte del documento se da una explicación de la forma en que eran calificados el crimen y el delincuente por la Escuela Liberal Clásica de Derecho penal y cómo son calificados actualmente por la Criminología Positivista.
 
La Escuela Liberal Clásica no consideraba al delincuente como un ser diferente a los demás; es decir, consideraba que el delito surgía de la libre voluntad del individuo y no de causas patológicas, por lo tanto, desde el punto de vista de la libertad y de la responsabilidad moral de las propias acciones, el delincuente no era diferente del individuo normal. En consecuencia, el derecho penal y la pena eran considerados no como un medio para modificar al sujeto delincuente, sino como un instrumento legal para defender a la sociedad del crimen, basados en los principios de humanidad, legalidad y utilidad. Por su parte la Criminología Positivista no considera propiamente al delito como un concepto jurídico, más bien considera al delincuente como un individuo diverso, clínicamente observable, por lo que busca determinar los factores que determinan el comportamiento criminal con el fin de combatirlos con una serie de medidas que tienden, sobre todo, a modificar al delincuente.

A este respecto el filósofo y jurista Cesare Beccaria considera que la pena impuesta a un delincuente no puede ser ni la privación de su libertad ni mucho menos la pena de muerte. Para Beccaria la esencia y la medida del delito están en el daño social. Tanto el daño social como la defensa social constituyen los elementos fundamentales, respectivamente, de la teoría del delito y de la teoría de la pena.

Por su parte, el filósofo y jurista Giandomenico Romagnosi considera que el principio esencial del derecho natural es la conservación de la especie humana y la obtención de la máxima utilidad. De este principio descienden tres relaciones ético-jurídicas fundamentales: el derecho y deber de cada cual de conservar la propia existencia, el deber recíproco de los hombres de no atentar contra su existencia y el derecho de cada cual a no ser ofendido por otro.

Tanto para Beccaria como para Romagnosi el fin de la pena es la defensa social; sin embargo, Romagnosi considera que la pena no es el único medio de defensa social; la sociedad también puede prevenir el delito a través del mejoramiento y desarrollo de las condiciones de la vida social. Considero que esta visión de la readaptación es la más acertada; sin embargo, en la realidad nunca se ha aplicado ya que es conocido por todos que las cárceles son escuelas del crimen debido al maltrato físico y psicológico que reciben los presos ya sea por los oficiales o por otros presos que tienen privilegios y que no son disciplinados.

El maestro Francesco Carrara estableció las bases para una construcción jurídica coherente del sistema penal. Con Carrara nace la moderna ciencia del derecho penal italiano. Para Carrara el derecho penal tiene una parte teórica y una parte práctica. Para la parte teórica el fundamento lógico está dado por la verdad, por la naturaleza de las cosas, de la verdad se deriva el orden mismo; y para la parte práctica tal fundamento está dado por la autoridad de la ley positiva. Para el Derecho Penal de Italia, el delito debe entenderse no sólo como el hecho dañino para la sociedad sino como un hecho jurídicamente calificado, es decir, como violación del Derecho. Para Carrara la función de la pena es esencialmente la defensa social. El fin de la pena no es la retribución ni la enmienda, sino la eliminación del peligro social que sobrevendría de la impunidad del delito. La enmienda, la reeducación del condenado, puede ser un resultado accesorio y deseable de la pena, más no su función esencial ni el criterio para su medida.

Desde la postura filosófica de la escuela clásica, el delito es considerado como un ente jurídico calificado, esto implica abstraer del delito la personalidad del delincuente y su historia biológica y psicológica y también implica abstraer del delito el ámbito social y natural en el que éste existe.

Para la escuela positiva el delito también es un ente jurídico, pero el Derecho que califica este hecho humano no debe aislar la acción del individuo de la totalidad natural y social.

En mi opinión, la mente del ser humano es muy compleja, por lo tanto, cada caso delictivo debe ser tratado de acuerdo a sus propias circunstancias; sin embargo, considero que la filosofía más acertada es la de la escuela positivista ya que contempla la filosofía de la escuela clásica pero sin dejar de considerar el aspecto psicológico del individuo que comete el crimen el cual puede estar afectado mentalmente y esto es algo que no se puede ignorar.

Asimismo, se ha discutido por diversos autores que el criterio para medir la duración de la pena no se liga a la violación del derecho o al daño social producido, sino a las condiciones del sujeto tratado y sólo en relación con los efectos pretendidos por la pena, la mejoría y la reeducación del delincuente, puede medirse su duración.

Considero que este criterio es muy acertado, pero desafortunadamente, por lo menos en México, no se lleva a cabo; en mi opinión, en nuestro país primero se deben llevar a cabo acciones para disminuir la tasa de delincuencia, ya que no se trata de llenar las cárceles con miles de delincuentes y una vez que eso haya sido resuelto, entonces se deben desarrollar verdaderos programas de readaptación social para los reclusorios y sobre todo aplicarlos y darles seguimiento para verificar que efectivamente estén dando resultados.

martes, 12 de junio de 2012

El Poder Psiquiátrico

Derecho Procesal Mexicano

El Poder Psiquiátrico
Clase del 23 de enero de 1974

El catedrático Michel Foucault analiza la relación existente entre el poder psiquiátrico y la cuestión de la verdad desde la perspectiva de ciertos conceptos.

Foucault se pregunta si de la locura se puede extraer una verdad desde el punto de vista psiquiátrico. Para obtener una respuesta se han aplicado a lo largo de la historia tres procedimientos: a) el interrogatorio y la confesión (manera de fijar al individuo a la norma de su propia identidad); b) el magnetismo y la hipnosis; y c) el uso de drogas (para amansar al individuo). Estos procedimientos fueron utilizados a fin de obtener una verdad en su momento. En el pasado se llegó a creer que la verdad existía en todos lados y en todo momento, se consideró que cualquiera podía decir la verdad.

Desde el punto de vista de la alquímica la verdad pasa rápidamente como un relámpago, está ligada a la ocasión y es preciso aferrarla, pero en este contexto, la verdad tiene sus operadores privilegiados que pueden ser los profetas, los adivinos, los locos, los sabios, etc.

Existen dos tipos de verdad: a) la verdad que se constata, la verdad de demostración: verdad descubierta, constante y demostrada; y b) la verdad acontecimiento: verdad que no se constata, se suscita, se rastrea, se provoca por rituales. Si se considera que la demostración científica es un ritual, entonces, la verdad acontecimiento se puede demostrar científicamente.

Es interesante saber que en la justicia medieval arcaica el procedimiento para el descubrimiento del culpable, o más bien dicho, para la atribución de la culpabilidad a un individuo, consistía en aplicar los llamados “juicios de Dios” los cuales no eran un método para descubrir realmente lo que había sucedido, sino que eran un procedimiento para resolver la manera de determinar al vencedor en un enfrentamiento de dos personas en litigio. Las torturas en la Edad Media no tenían la intención de obtener una verdad, sino que eran una lucha física en la que si el sospechoso perdía el enfrentamiento y cedía, entonces se le podía condenar y el significado o la razón de esto podía ser que Dios lo había abandonado. Afortunadamente, estas técnicas desaparecieron y se dio prioridad a la búsqueda de la verdad de los hechos.

La tecnología de la verdad acontecimiento permaneció durante 22 siglos (hasta el siglo XVIII) en el corazón de la práctica médica. También surgió un elemento para la demostración de la verdad que fue la noción de la “crisis”. En el momento en que se suscita la crisis, en el ámbito de la medicina, la enfermedad estalla en su verdad. Antes de la crisis la enfermedad puede ser esto o aquello; en realidad, no es nada. La crisis es la realidad de la enfermedad que, de alguna manera, se convierte en verdad. Y el médico debe intervenir precisamente en ese momento; sin embargo, el médico no cura, quien cura es la naturaleza, pero el médico prevé la crisis para poder actuar y sólo tiene éxito si hace triunfar a la naturaleza. Para Foucault la técnica de la crisis en la medicina no es diferente a la técnica de un juez. En este contexto, la palabra “crisis” equivale a la palabra “juzgar”, la enfermedad se juzga el día de la crisis.

Dos elementos ayudaron a transformar la tecnología de la verdad acontecimiento en la verdad demostración, uno de ellos fue la pesquisa, esto es, en todo momento, en cualquier lugar del mundo y con referencia a todas las cosas se debe plantear la cuestión de la verdad, hay verdad en todas partes y en todo tiempo. El otro elemento fue la escasez de la verdad, esa verdad que cualquier pesquisa puede y debe rastrear y descubrir acerca de cualquier cosa. También es importante destacar que aunque cualquiera puede tener acceso a la verdad, es preciso contar con las circunstancias necesarias, adquirir la formas de pensamiento y las técnicas que permitan, justamente, llegar a esa verdad que siempre está presente pero que es de difícil acceso, por lo tanto, se requiere de una persona calificada para llegar a ella.

Foucault también trata de demostrar la relación que existe entre la locura y la verdad para lo cual explica que la noción de “crisis” desaparece de la técnica médica a fines del siglo XVIII, más específicamente de la medicina psiquiátrica debido a que en un hospital psiquiátrico se procura el orden y se evita el desencadenamiento de una crisis furiosa y violenta de la locura. La práctica de la autopsia también fue considerada como un procedimiento para descubrir la verdad. Se creía que si había una verdad de la locura, con seguridad no se encontraría en lo que dicen los locos sino que podía estar en sus nervios y su cerebro. Esta fue otra razón por la que desaparece el método de la crisis, ya no era necesario escuchar lo que un loco decía en un momento de crisis para conocer la verdad de su locura, sólo bastaba que muriera para obtener dicha verdad de la anatomía patológica. Los psiquiatras inventaron una nueva crisis médica, una crisis llamada realidad. El psiquiatra debe estar en una posición de árbitro con respecto a la cuestión de la realidad o no realidad de la locura. El hospital psiquiátrico está ahí para que la locura se vuelva real.

En conclusión, la verdad puede obtenerse a través de diferentes medios pero deben ser los especialistas en el ámbito psiquiátrico los indicados para descubrir esa verdad; por lo tanto, considero que los jueces requieren indiscutiblemente de un conocimiento profundo de la psiquiatría, o bien, asistirse de un psiquiatra para poder descubrir la verdad oculta que es indispensable para emitir una sentencia adecuada.

Ahora bien, Foucault considera que un crimen está ligado a la locura y por lo tanto si hay locura existe posibilidad de un crimen, es decir, la crisis de un loco puede ser peligrosa. En mi opinión creo que, aún no existiendo locura (comprobable científicamente), es decir, si una persona equilibrada sufre un momento de crisis, puede cometer un crimen, por lo tanto, considero que la crisis por sí misma es la locura y entonces cualquier persona equilibrada puede convertirse en criminal. Por lo tanto, se requerirá de un análisis psiquiátrico más profundo de los hechos y circunstancias que permita ofrecer los elementos necesarios para que un crimen sea juzgado adecuadamente.

Sin duda, la psiquiatría ha sido de mucho apoyo para diversas disciplinas como la del Derecho Procesal ya que ha estado presente en la aplicación de interrogatorios y en la obtención de confesiones en los juicios procesales y ayudado al sistema jurídico procesal de muchos países a descubrir la verdad necesaria para juzgar lo más adecuadamente posible a las personas que cometen delitos.

lunes, 11 de junio de 2012

Penitenciaría de Lecumberri

DERECHO PROCESAL MEXICANO

Opinión sobre el documental de la Penitenciaría de Lecumberri

El documental inicia con el relato de una fuga de cuatro presos de la Penitenciaría de Lecumberri ocurrida en el año de 1976, este suceso fue el último escándalo ocurrido en dicha penitenciaría. Posteriormente, se relatan los antecedentes de esta penitenciaría entre los cuales considero importantes los siguientes: fue inaugurada por Porfirio Díaz el 29 de septiembre de 1900; fue ubicada en el Noreste de la Ciudad de México; en 1913 Francisco I. Madero y José María Pino Suárez fueron asesinados en la parte trasera de esta prisión; durante la revolución la penitenciaría estuvo en manos carrancistas, villistas y zapatistas; en 1920 se crearon talleres para rehabilitar a los presos; en 1930 se abrió una biblioteca y se permitió la visita conyugal a ciertos presos y en 1972 se modernizó la penitenciaría implementando normas de readaptación social.

Es interesante escuchar a algunos presos contando sus experiencias en dicha Penitenciaría. Cabe destacar la forma tan despectiva en que eran tratados desde el momento en que ingresaban a esta prisión. No recibían ningún tipo de información respecto del procedimiento administrativo que se llevaba a cabo durante su ingreso a la misma, sólo recibían instrucciones de personas que nunca se identificaban como oficiales y si los presos preguntaban algo, los oficiales no les contestaban, sólo les ordenaban lo que tenían que hacer. De hecho, uno de los presos que relata su ingreso a la prisión se quejaba de la manera en que los trataban, lo consideraba como un abuso, ya que los tuteaban y cuando los pasaban a una supuesta revisión médica los obligan a quitarse la ropa para ser revisados como si fueran animales.

Sólo hasta que terminaban los trámites de su ingreso una persona que se identificó como el Jefe de Vigilancia habló con los presos para darles información de las reglas de esa prisión. De la información que recibieron me llamó la atención que los presos podían solicitar trabajo (por cada dos días de trabajo se restaba un día de su sentencia), pero la paga era muy modesta, sólo para satisfacer pequeñas necesidades y que si se portaban bien entonces recibirían buen trato. Aunque el trabajar redujera su sentencia, era un hecho que aunque trabajaran duro no iban a poder ayudar a sus familias que estaban afuera, además, debió ser atemorizante saber que el portarse bien o no estaba bajo el criterio de los guardias, los cuales aplicaban castigos que evidentemente no eran legales.

Otro aspecto que me pareció muy injusto es el hecho de que los presos tenían que pagarles a los guardias para ir al baño, para bañarse, para caminar por ciertos pasillos, para recibir visitas, etc. y que si no pagaban o no gastaban en la tienda de la prisión los golpeaban o los castigaban obligándolos a la realizar trabajos vergonzosos y pesados. En la película se puede observar que los presos viven en condiciones deplorables e insalubres, por eso los presos se sienten deprimidos y enfermos, luchan por sobrevivir.

Algunos presos cuentan que están ahí injustamente ya que no cometieron ningún delito y se puede derivar de sus relatos que muchos llegaron a la prisión por abuso de las autoridades ya que la mayoría de los que decían ser inocentes son personas humildes. Otros presos cuentan que los obligaron a confesar delitos que no cometieron a base de torturas, toques eléctricos o los amenazaban con dañar a sus familias. También cuentan que sólo los presos que tenían conocimiento de las leyes o los que tenían dinero son los que tenían más oportunidades.

En conclusión, lo más criticable de esta penitenciaría es que evidentemente no era un centro de readaptación social como debería de ser, más bien era un lugar en el que se violaban los derechos humanos de los presos. Desafortunadamente, los reclusorios de la actualidad no han cambiado mucho, se podría decir que continúan violándose los derechos humanos de los presos y lo peor es que el resultado de esta injusticia nos afecta a todos como sociedad porque los presos se llenan de rencor y en lo único que piensan es en salir de ahí para vengarse de la misma sociedad.