Churchill nació en el seno de la
familia aristocrática de los Duques de Marlborough. Su
padre, Lord
Randolph Churchill, fue Ministro de Hacienda del Reino Unido.
Como un joven oficial de la marina, entró en acción en la India Británica,
Sudán
y en la Segunda Guerra de los Bóeres.
Se ganó fama como corresponsal de guerra y con los libros que escribió sobre
sus campañas.
Antes de la Primera Guerra Mundial fue
Presidente de la Secretaría de Estado de Comercio, Ministro de Interior y Primer Lord del Almirantazgo
como parte del gobierno liberal de H. H. Asquith.
Durante la guerra continuó como Primer Lord del Almirantazgo hasta la
desastrosa Batalla de Galípoli, que él
había patrocinado y que fue el motivo de su salida del gobierno. Regresó al
gobierno como Ministro de Municiones, Secretario de Estado de Guerra y
Secretario de Estado del Aire. Tras el conflicto mundial Churchill ocupó el cargo
de Ministro de Hacienda en el gobierno conservador de Stanley Baldwin
entre 1924-29, donde tomó la controvertida decisión de devolver la libra esterlina
en 1925
al patrón oro como en la paridad anterior a la
guerra, una medida vista ampliamente como la creación de una presión
deflacionaria sobre la economía del Reino Unido.
Fuera del escenario político en los
años 30, Churchill tomó el liderazgo en alertar sobre el peligro de Adolf Hitler
y en la campaña para el rearme. Al estallido de la Segunda Guerra Mundial fue
nombrado de nuevo Primer Lord del Almirantazgo, y tras la dimisión de Neville Chamberlain el 10
de mayo de 1940 se convirtió en Primer Ministro. Su firme negativa a aceptar la
derrota, la rendición o un acuerdo de paz ayudó a inspirar la resistencia
británica, especialmente durante los difíciles primeros años de la guerra,
cuando el Reino Unido se quedó solo en su firme oposición a la Alemania Nazi.
Churchill destacó especialmente por sus discursos y programas de radio que
ayudaron a inspirar al pueblo británico, al que lideró como Primer Ministro
hasta que fue segura la victoria de los Aliados sobre las Potencias del Eje.
Después de que el partido conservador
perdiera las elecciones generales
de 1945, Churchill lideró la oposición. En
1951 consiguió volver a ser Primer Ministro, hasta su retiro en 1955.
Churchill fue pionero al defender la
idea de la unión de Europa, para así evitar futuros conflictos entre Francia y
Alemania. En 1946, Churchill pronunció
un célebre discurso en la Universidad de Zúrich (Suiza), considerado por muchos
como el primer paso hacia la integración durante la posguerra:
“Entre los vencidos no encontramos sino
silencio y desesperación (...) Existe un remedio que, si fuese adoptado global
y espontáneamente por la mayoría de los pueblos de los numerosos países,
podría, como por un milagro, transformar por completo la situación, y hacer de
toda Europa, o de la mayor parte de ella, tan libre y feliz como la Suiza de
nuestros días. ¿Cuál es este remedio soberano? Consiste en reconstituir la
familia europea o, al menos, en tanto no podamos reconstituirla, dotarla de una
estructura que le permita vivir y crecer en paz, en seguridad y en libertad.”
Sin embargo, consideraba que el Reino
Unido no debía ser parte de esa Europa unida, sino que su futuro estaba ligado
al de los Estados Unidos.
A su muerte en 1965, la reina Isabel II le concedió el honor de un funeral de estado
en el que se dio una de las mayores reuniones de jefes de estado nunca antes
vista.
Jean Monnet (1888-1979)
Economista francés, considerado uno de los
padres de la Unión Europea (Cognac, Charente, 1888 - Bazoches-sur-Guyonne,
Yvelines, 1979). Durante el periodo de entreguerras fue secretario general
adjunto de la Sociedad de Naciones (1919-23) y dirigió negocios importantes en
Estados Unidos y otros países. Al comenzar la Segunda Guerra Mundial (1939-45)
fue nombrado presidente del comité franco-británico de coordinación económica.
Tras la derrota de Francia por la
Alemania nazi (1940) concibió un plan para la fusión política entre Francia y
Gran Bretaña, que recibió el apoyo de Churchill, pero no encontró eco entre los
exiliados de la «Francia libre». Monnet trabajó para los aliados en misiones
diplomáticas y financieras, y formó parte del Comité de Liberación Nacional
francés que presidía De Gaulle (aunque nunca fue gaullista y se sintió
especialmente distante del nacionalismo del general).
Terminada la guerra, dirigió la
elaboración de un plan de equipamiento y reconstrucción económica (el Plan
Monnet) que, apoyándose en la ayuda americana del Plan Marshall, permitió a
Francia modernizar sus estructuras productivas y relanzar el crecimiento en
poco tiempo. Pero, consciente de las limitaciones de los Estados nacionales
tradicionales, se aplicó desde entonces a luchar por el ideal europeísta; fue
él quien concibió la estrategia de comenzar por la integración económica de
Europa, para fomentar así una solidaridad material que contrarrestara los
particularismos nacionales y fuera la base para una futura unión política.
Con tal propósito participó en la elaboración
del Plan Schuman (1950), por el que Francia y la República Federal Alemana
pusieron sus sectores carbonífero y siderúrgico bajo una autoridad
supranacional conjunta. En 1952-55 fue el primer presidente de la Comunidad
Europea del Carbón y del Acero así surgida, que sería el embrión de la
posterior Comunidad Económica Europea.
Monnet tuvo un papel decisivo en la
concepción de este instrumento de integración continental (1957), si bien
discrepó del protagonismo que mantuvieron en su seno los gobiernos nacionales.
En 1956 creó un Comité de Acción por los Estados Unidos de Europa para apoyar
su modelo federalista; lo disolvió en 1975, satisfecho por el logro de la
elección directa del Parlamento Europeo por sufragio universal.
Walter Hallstein (1901-1982)
(17 de noviembre de 1901 - 29 de marzo de 1982) fue un político alemán y el primer presidente de la Comisión Europea.
Inició su carrera de profesor
universitario de Derecho Económico Internacional en 1930 y mantuvo este cargo durante el nacionalsocialismo. Una vez reinstaurada la democracia, en 1950 fue nombardo jefe de la
misión alemana en la conferencia de fundación de la CECA y se convirtió en el secretario de estado de
Asuntos Exteriores del primer canciller federal, Konrad Adenauer (que a la vez desempeñó personalmente el cargo de ministro de Asuntos
Exteriores). En 1954 impulsó la doctrina Hallstein, según la cual la República Federal de Alemania no podía tener
representación diplomática en ningún país ni organización que reconociera a la RDA. Esta doctrina marcó la política alemana durante
la Guerra Fría hasta finales de los años 60, y fue finalmente revocada por la Ostpolitik de Willy Brandt.
En 1955, Hallstein participó en
la conferencia
de Mesina y fue uno de los principales
autores de los tratados de Roma, con los que en 1957 se fundaron la Comunidad Económica Europea y la Euratom. Convencido federalista europeo, Hallstein abogó en contra de una amplia zona de libre comercio con poco
peso político y a favor de una colaboración profunda económica y política entre
un grupo reducido de países, con fuertes elementos supranacionales. En 1958, se convirtió en el primer
presidente de la Comisión Europea. Propuso una vision federal de Europa frente a la Europa
de los Estados de Charles de Gaulle. Finalmente, en 1967, Charles de
Gaulle forzó la dimisión de Hallstein como presidente de la Comisión. De 1969 a
1972 fue diputado del Parlamento alemán (Bundestag)
por la Unión
Demócrata Cristiana (CDU).
En 1968 fue nombrado Doctor
Honoris Causa por la Universidad de Oviedo.
Konrad Hermann Joseph Adenauer (1876 – 1967)
Político alemán y primer canciller de
la República Federal de Alemania. Estudió Derecho en la Universidad de Friburgo
y, posteriormente, ejerció la Alcaldía de Colonia desde 1911 hasta que Hitler
subió al poder. Debido a que fue marginado de toda actuación pública y que fue
encarcelado varias veces, colaboró en la preparación del golpe de Estado del 20
de julio de 1944 que pretendía derrocar el régimen hitleriano. Al acabar la
Segunda Guerra Mundial, volvió a ocupar puestos relevantes gracias a su
reputación de hombre conservador, demócrata y libre de sospechas de
colaboración con el nazismo. Participó en la Unión Demócrata Cristiana (CDU,
por sus siglas en inglés) y al contar con el apoyo de la jerarquía católica, se
convirtió en el presidente del partido en la zona de ocupación británica. En
1948 fue elegido presidente del Consejo Parlamentario, cuya función era diseñar
instituciones básicas para crear un Estado alemán occidental integrando las
zonas de ocupación de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia. En 1949 ganó las
primeras elecciones generales de la República Federal Alemana y, como
consecuencia, fue elegido canciller. Reelegido en 1953, 1957 y 1961, presidió
el gobierno de Alemania Occidental durante 14 años y por esta razón se le
considera el «padre» de la democracia alemana. Entre los logros de su mandato
destacan la reconstrucción de la posguerra, la consolidación de una democracia
estable y la reintegración de Alemania, así como la reconciliación con el
pueblo judío y «el milagro económico alemán» que fue posible gracias al fomento
de la libre competencia y a la responsabilidad del Estado social.
En lo que respecta a la política
exterior, fomentó la alianza con Estados Unidos, que culminó en la creación de
un nuevo ejército alemán integrado en la OTAN (1954), y el acercamiento a
Francia, que resultó en la decisiva participación alemana en la Comunidad
Económica Europea (1959). Por una parte, la amistad germano-francesa no fue
para Adenauer sólo un medio para conseguir la soberanía en materia de política
interior y exterior, sino más bien se arraigaba en su percepción de que ésta era la única forma posible de garantizar un futuro
pacífico para todos los estados europeos. Por otra parte, la integración
económica, resultado de la fundación de la Comunidad Europea del Carbón y del
Acero (CECA), fue siempre para Adenauer un instrumento de destinado a la
consecución de este objetivo superior.
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